Freitag, 5. August 2011

Un pez en el ojo de la noche o el exilio intertextual de Walter Lingán / Mario Suárez Simich

La abundante producción de textos en la narrativa peruana actual exige, de parte de la crítica, nuevas propuestas para elaborar una clasificación de tipo académica. Uno de los criterios a tener en cuenta en esta clasificación es la producción de los narradores peruanos que viven en el extranjero y que constituyen en la actualidad un número considerable. Identificar qué tipo de discurso construyen o qué perspectiva les da distancia en relación con los textos que se escriben en el país puede resultar interesante.
Este es el caso de Walter Lingán, quien reside en Alemania hace más de 25 años. Ya en su libro de cuentos, Oigo bajo tu pie el humo de la locomotora (Bonn, 2005, edición bilingüe) los textos de Lingán se inclinan hacia una narrativa que en un primer momento puede parecer de corte fantástico o tributaria del surrealismo y que sin embargo, no se aleja de la realidad inmediata del Perú. Subyace en estos cuentos un discurso sobre la violencia que sortea el realismo para ofrecer el fenómeno desde una visión diferente.
Ahora, en la novela Un pez en el ojo de la noche (Lima, 2009, Grupo Editorial Arteidea), sobre las bases narrativa de éste libro de cuentos, Lingán construye una historia más ambiciosa e integra a ella nuevos elementos que permiten identificar en el texto aquellos que lo singularizan como un escritor peruano en el exilio.
Ya el personaje-narrador de la novela, el aspirante a escritor Ernest, es por filiación, hijo de padre peruano y madre alemana. Pero esta filiación no es otra cosa que la metáfora de un mestizaje cultural. Ernest se convierte así en la puerta desde donde el autor elabora un trabajo de intertextualización entre la cultura alemana y la hispanoamericana que dialogan entre sí. Esta “dualidad” permite al narrador -desde un largo racconto- reflexionar desde una visión global, sobre la reunificación de Alemania, el neonazismo, el gobierno de Fujimori o la influencia de las editoriales transnacionales respecto a la literatura hispanoamericana.
Todo esto desde dos planos bien diferenciados, el plano de la realidad al interior de la novela y otro de tipo fantástico, de estirpe más bien surrealista, que a la vez se van alimentando de forma mutua en la construcción de la trama: la relación sentimental de Ernest con Junia, una critico literaria de éxito, y el neofascismo encubierto en un grupo de escritores amigos de ambos.
El tipo de narrativa escogida por Walter Lingán para esta novela esta emparentada con la que hacen en el Perú algunos narradores de las últimas generaciones, casi todos ellos publicados por la editorial Estruendomudo. En ellos, al igual que en Lingán, existe la deliberada intención  de evadir el discurso realista tradicional creando a cambio un universo y atmósfera onírica donde la realidad-real se encuentra codificada de forma metafórica.
Pero lo que se codifica sobre estos universos, en ambos casos, es un discurso sobre la violencia; violencia que en la novela de Lingán está presente a ambos extremos de la dualidad de Ernest, y no es solo social, sino que invade  y contamina incluso el plano de relaciones afectivas como la amistad, las relaciones familiares o las de pareja.
Una trama escrita en ritmo de suspense, tejida con acierto y que atrapa al lector en el reto que plantea; una prosa limpia, sencilla y lúdica que busca globalizar el idioma, pero que a la vez se aleja de la estandarización comercial del español, hacen de Un pez en el ojo de noche una novela que puede servirnos de referente para calibrar la producción narrativa de los escritores peruanos residentes en otros países y asentados en otras realidades. Lo que podemos llamar, la narrativa peruana del exilio.

Das literarische Exil von Walter Lingan / Mario Suárez Simich



Die Erscheinungen von neuen peruanischen Erzählungen werden größer und sie erfordern den Kritiker neuen Maßstäben akademisch zu klassifizieren. Einer der Kriterien die zu berücksichtigen wäre, sind die Veröffentlichungen von peruanischen Schriftstellern die im Ausland leben, die heutzutage einer großen Zahl ausmacht, und zu identifizieren welche Gedankengang sie verfolgen oder welche Einfluss übt die Distanz auf die Texte die im Land geschrieben wird, aus. Die können sich als Interessant erweisen.
So ist der Fall von Walter Lingan, der im Deutschland seit über 25 Jahren lebt. In seinem Erzählungsband, „Ich höre unter deinem Fuß den Rauch der Lokomotive“ (Bonn 2005, zweisprachige Ausgabe). Die Texte von Lingan sind auf den ersten Blick zu einer Phantasie erzählende Stile geneigt oder eine Bewunderung der Surrealismus. Aber trotzdem entfernen sie sich nicht von der unmittelbaren Wirklichkeit Perus. In diesen Erzählungen unterliegt dem Realismus die Betrachtung der Gewalt, um das Phänomen von anderer Sicht darzustellen.
Im Roman Ein Fisch im Auge der Nacht (Lima 2009, Verlag Gruppe Arteidea) Lingan gestaltet, auf Basis dem Stilart der o. g. Erzählungsbuch, eine ehrgeizigere Geschichte und integriert in ihr neue Elemente, die jene erlauben im Text zu identifizieren als ein peruanischer Schriftsteller im Exil.
Der Hauptprotagonist des Romas, Ernest, Aspirant zum Schriftsteller ist von Abstammung Sohn eines Peruaners und einer Deutsche. Aber dieser Abstammung ist nicht anders als eine Metapher einer kulturellen Kreuzung. Der Umstand, Ernest Abstammung, macht ihm als eine Art Übergang, wo der Autor die Intererzählungen und Dialoge zwischen der deutschen und lateinamerikanischen Kultur zu nutzen macht. Diese „Dualität" erlaubt dem Erzähler in einer globalen Sicht über die Wiedervereinigung Deutschlands, dem Neonazismus, Fujimoris Regierung oder dem Einfluss des transnationalen Verlags bezüglich der lateinamerikanischen Literatur, zu reflektieren.
Alles aus zwei gut differenzierten Ebenen, der Ebene der Wirklichkeit des Romans nach außen gerichtet und der andere Ebene voller Phantasie, ehr von surrealistischen Stamm, die gegenseitig in der Anlage des Romans sich bereichern. Die tiefe Beziehung von Ernest und Junia, eine Literaturkritikerin mit Erfolg und der verborgene Neofaschismus von einer befreundeten Schriftstellergruppe.
Der erzählende Stil, den Walter Lingan für seinem Roman wählte, ist mit denen der im Peru von vielen schriftstellern der letzten Generationen gang und gäbe. Fast alle Werke erscheinen in Estruendomudo Verlag. In ihnen und von Lingan Werkes, existiert die bewusste Absicht, die realistische traditionelle Betrachtung zu vermeiden, hingegen schafft man eine traumhafte Welt, wo die Wirklichkeit in kodierten Metaphern sich widerspiegeln.
Aber das, was über beiden Welten kodiert wird, ist eine Betrachtung von der Gewalt, Gewalt die im Roman von Lingan in beiden Enden der Dualität von Ernest zu finden sind. Und das ist nicht nur sozial sondern die überschreitet und sogar verführt die Gefühls- und Beziehungsebene wie Freundschaft, Familie und Liebe.
Das Tempo des Romans lässt einem in der Schwebe, treffend geschrieben und packt den Leser zugleich in der Herausforderung, die er entwirft. Eine saubere, einfache, glanzvolle und spielerische Prosa. Er versucht die Sprache zu globalisieren aber gleichzeitig entfernt sich von der wirtschaftliche Standardisierung des Spanischen macht von Ein Fische in dem Auge der Nacht ein Roman, der uns als Referenz dienen kann, um Publikationen von peruanischen Schriftstellern zu vergleichen, die im anderen Ländern leben und mit anderen Realitäten konfrontiert sind. So könnten wir die peruanische Erzählkunst des Exils nennen.

Algún día los ratones morderán mi sombra


Un día oscuro. Todo el santo día inmensamente solo. Nadie se asomó a mi puerta, a mi ventana. Las horas apagadas y la locura desvelándose en la oscuridad.
Casi toda la noche pensé en la muerte. Súbitamente, en la madrugada, un extraño impulso me arrastró hacia la ventana y me empujó al vacío. Desde la altura vi a mi cuerpo cayendo, volando en cámara lenta, luego mi cadáver tirado sobre la cinta negra de la calle. Me sorprendió su rostro intacto, pálido, ojeroso, agobiado por las penas, por los olvidos indecibles.
Una mujer vestida de negro fue la primera en abrir su puerta. Alzó la vista hacia mí y empezó a reír. Una risa estridente, mostrando una O casi desdentada. Con un fuerte ánimo a desdén. Al ver mi cadáver, con voz pesarosa, cargada de luto, inició una letanía que alguna vez escuché en mi niñez. Una canción que casi había olvidado. Yo quiero que a mí me entierren / Como a mis antepasados / En el fondo oscuro y fresco / De una vasija de barro…
Ahora estoy convencido que nadie vendrá a mi entierro. No habrá velorio, ni rezos, ni reparto de café y menos aún se reunirán frente a mi cadáver para contar chistes obscenos. Quemarán mi cuerpo obtuso, desquiciado y arrojarán las cenizas a la corriente de un río, al Rin en el mejor de los casos.
La mujer imperturbable seguía con su lánguida tonadita: Yo quiero que a mí me entierren / Como a mis antepasados / En el fondo oscuro y fresco / De una vasija de barro… Mi cadáver cada vez más triste, pesaroso, compungido y mustio, tuvo deseos de llorar su noche pero un nudo de luz se ahogó en su sombrío occidente dividido.
Desde mi ventana percibo ya el mal olor de mi carne putrefacta.

Relatos cortos


I.
El anciano, con mucha dificultad, marcó el número de teléfono de su hijo. Se escuchan los pasos que se acercan al aparato.
-¿Aló?...
-Aló, te llamo para comunicarte que estás desheredado.
-¿Estoy quéeeee?
-¡Que estás desheredado! Clamó el anciano.
-¿Ah, sí? Pero si no tienes nada que heredar.
-Claro que sí. Quería dejarte todos mis sueños.
-Tus sueños no me sirven de nada, tengo mis propios sueños. Le contestó el muchacho.
El viejo molesto colgó y salió de su habitación. Se dirigía al WC cuando se cruzó con su hijo que se aprestaba a colgar el auricular.

II.
Soñaba con la más amplia libertad. Remontar valles y montañas. Cruzar los mares, o sea, volar sin fronteras. Una mañana se despertó optimista, se acercó al balcón y convertida en paloma se echó a volar, pero se olvidó considerar que los cazadores poseían una endiablada puntería.

III.
La muchachita asomó su rostro por la ventana. El chico le pidió que saliera para que vayan a desenredar los colores del arco iris más allá de los cerros. La muchachita vino y se colocó a su lado. Se percataron de la fiereza del sol, el calor flameaba sobre sus cabezas.
-Oye, le dijo, mejor vamos a jugar a la guerra popular.
-Ya pues, contestó, alzó los hombros y la siguió.

IV.
Muchos discuten los derechos de la creación de la vida en el planeta. Pero nadie podrá discutir que cada día entre sueños te voy creando y recreando. Por eso cada vez apareces más hermosa.

V.
Los sueños de un pez

Esta historia la contaba mi padre.

El pez soñó con una laguna de agua azulverdosa. La laguna, desde su altura, vigilaba la vida de la ciudad que se erigía bajo unos cerros de crestas coloradas. Si el pez se movía, la laguna se rebalsaba, volcaba los cerros y la ciudad desaparecía.
Al despertar, el pez tuvo miedo de moverse, entonces siguió durmiendo.